A pocos días de que se den a conocer las nominaciones a los premios Emmy -que, dado el grado de penetración global de las series estadounidenses, es un evento global- las cuatro mayores cadenas de televisión de aire de los Estados Unidos (ABC, NBC, CBS y Fox) piden, para renovar su acuerdo de televisación, cambios sustanciales en el show de más de tres horas. En rigor, implica que las categorías menos “taquilleras” queden fuera de la transmisión en prime time. Pero eso implica un choque sobre todo con los diferentes sindicatos que conforman la actividad audiovisual en ese país y con los propios productores del show. En efecto: desplazar categorías técnicas o artísticas implica enojar a los sindicatos. Y los sindicatos son los que garantizan que no se cobre por los clips de series y espectáculos que ilustran la ceremonia, y cuyos costos vuelven irrealizable el espectáculo.
Hay señales de que se alcanzará un acuerdo antes de septiembre, cuando se lleve a cabo la ceremonia de 2018, que es la última del acuerdo de ocho años con las cuatro cadenas de broadcasting, en un panorama donde la audiencia de TV de aire baj