Pudo ser una película loca y satírica pero terminó siendo una aventura clásica que tiene, en su núcleo, un argumento de novela negra. Con elementos del western y de las películas de acción tradicionales, también. Y personajes muy buenos, no solo el titular. Es decir: para ser un filme que tenía que respetar un legado, dejar conformes a una miríada de productores y que casi tuvo que hacerse de nuevo (el 85% del filme fue vuelto a filmar por el veterano y cumplidor Ron Howard), casi un milagro. Porque Han Solo es un filme que, a pesar de ciertos baches, tiene solidez, claridad en la exposición, secuencias notables y un elenco en estado de gracia, desde Alden Ehrenreich calzándose la campera de Harrison Ford hasta el villano de Paul Bettany. Claro, están Woody Harrelson y Donald Glover, dos inmensos comediantes, como sostenes. Bella y clara, como todo lo que escribe Lawrence Kasdan.