La canciller Angela Merkel se encuentra bajo una intensa presión para cambiar las políticas de Alemania hacia los refugiados, o de lo contrario, arriesgarse a que se produzca un colapso de su gobierno de coalición.
El sector más conservador de su Ejecutivo presiona para endurecer las políticas de refugiados en Alemania y permitir que algunos inmigrantes sean rechazados en las fronteras.
El Ministro de Interior, Horst Seehofer, de la CSU, propuso devolver a los refugiados que ya se han registrado en otros países europeos, como parte de una extensa "hoja de ruta" para frenar la inmigración no autorizada. El socialcristiano bávaro también propuso bloquear a aquellos inmigrantes cuyas solicitudes de asilo en Alemania hayan sido rechazadas.
Merkel y Seehofer hablaron durante dos horas y media el anteanoche, sin llegar a un acuerdo sobre la exigencia del ministro del Interior de que los refugiados que llegan a las fronteras de Alemania sean rechazados.
La canciller instó a Seehofer a esperar hasta la cumbre de la UE del 28 de junio en la que buscaría un acuerdo a nivel europeo. Pero Seehofer, le habría reprochado que la UE no había logrado forjar una política común desde que estalló la crisis de refugiados en 2015 y que era poco creíble pensar que lo haría a fines de mes.