El presidente brasileño, Michel Temer, completó dos años de mandato con índices de reprobación que lo convierten en el más impopular de los mandatarios de Brasil desde el fin de la dictadura militar en 1985 y con nuevas denuncias de corrupción en su contra.
En la última encuesta Datafolha, citada por la agencia Efe, su índice de aprobación se mantenía intacto en el 6 % mientras que un 70 % reprobaba su gestión y un 23 % la calificaba como regular.
Temer logró, con fuertes medidas de ajuste, cierta recuperación de la economía, pero el número de desempleados saltó de 11,4 millones a 13,7 millones en 2018.