El Gobierno brasileño reafirmó su "compromiso" con la "salud financiera" de la estatal Petrobras y aseguró que no interferirá en la política de precios de la empresa, puesta en duda por una huelga de camioneros que paralizó al país y por un paro de petroleros que comenzó ayer y se extenderá hasta mañana.
"El Gobierno del presidente Michel Temer tiene un compromiso con la salud financiera de Petrobras, empresa que fue recuperada de la grave crisis de los últimos años con la gestión de Pedro Parente", su actual presidente, según un comunicado oficial difundido ayer.
Los petroleros en huelga por 72 horas exigen el fin de la política de la empresa que establece los precios de los combustibles diariamente en función de las oscilaciones del mercado internacional de crudo, y también demandan la destitución de Parente.
La paralización de los trabajadores petroleros también es en "solidaridad" con los sindicatos de camioneros, que el pasado día 21 iniciaron un paro que causó un agudo desabastecimiento del que el país aún no se recupera.
La protesta de los camioneros fue desatada por las continuas y fuertes alzas del precio del diesel, que el Gobierno finalmente acordó reducir y congelar hasta fin de año, mediante subsidios que le costarán al Estado unos 9.500 millones de reales (2.570 millones de dólares).
Petrobras, por su parte, colaboró con esa reducción de precios con una rebaja del 10% del valor que recibe por el diesel durante treinta días, lo cual puso en duda tanto la independencia de la empresa como su firmeza en la defensa de su política de precios.
Según el comunicado del Gobierno, las medidas anunciadas para poner fin al paro camionero, que aún se mantiene en unas pocas zonas del país, "preservarán, como se seguirá preservando, la política de precios de Petrobras".
La empresa petrolera comenzó a salir a fines del año pasado de una profunda crisis, provocada tanto por recurrentes turbulencias en el mercado internacional, como por los escándalos de corrupción que fueron descubiertos en su seno desde 2014.